Así comenzó la conversación con una amigo que esta en pleno proceso de divorcio, el cual esta asistiendo a terapia para superar su maleteada, solo porque no puede ser totalmente fiel, como la sociedad lo plantea, aunque el se defiende con la típica frase “solo fue sexo” pero su esposa así no lo ve…. La conversación fue tan extensa que le pedí que me la escribiera, porque vi que su historia se repite en un par de amigos y amigas… aquí les dejo su relato
“¡Qué incómodo resulta que tu ex, quien aún no se ha convertido en tal, después de arrastrar tu ego con enconado ensañamiento (y con razón), no te permite despegar de la pesadilla de tener una relación en terapia intensiva donde el amor no revive, pero tampoco se termina de morir! Es un casi muerto que como dicen los médicos, está estable. Pero esa estabilidad es una suerte de purgatorio, un limbo donde no se es ángel pero tampoco se es un ser terrenal.
En las últimas semanas, dado mi estado civil indefinido y mi situación de libre soledad, decidí darme la oportunidad de abrirme un poco a las demás mujeres que me inspiran algo más que sexo básico e instintivo. Así pues, me di el chance de salir con un par de hermosas mujeres y de hacer una linda y seductora amistad con otra, aunque esta última, de manera virtual.
En medio de mi guayabo post maletazo matrimonial, el ver que existen mujeres integrales más allá de lo que ven mis ojos era algo casi imposible. Entre la culpa que sentía por considerarme el mayor causante de la separación, y la ceguera del enamoramiento, me cerré a la posibilidad de sentir esa rica ansiedad que percibimos todos en una primera cita, o el nerviosismo que hace que se caiga la comida del tenedor durante una cena a las velas.
Semanas de ansiedad viví íngrimo, con el orgullo y la autoestima disminuidos a niveles casi pusilánimes. Entregado al tedio de una soledad forzada, solo me animaba a salir a la luz el inmenso amor que tengo por mi trabajo, el cual, por su naturaleza, demanda la mejor disposición anímica de mi parte.
Me refugié en terapias psicológicas que antes me parecían ridículas, pero que surtieron un efecto positivo en mi psique maltratada por el rechazo de la mujer amada y en la herida narcisista generada por una puñalada venida de un cuchillo forjado por el mismo metal de la infidelidad.
Así pues, del melodrama "mayamero" pasé a la emancipación del espíritu, volviendo a ser el personaje que todos conocen y que la mayoría de las féminas detestan pero desean al mismo tiempo.
Comencé a salir con una chica que conocí de manera casual en un banco. Ella estaba con otra amiga, igual de bella y voluptuosa gracias a los milagros de la cirugía estética. De inmediato nos simpatizamos, y una hora después ya habíamos compartido números telefónicos y correos electrónicos. Esta chica, a quién llamaré Aglaya, es un diminuto oasis de belleza. No pasa del metro sesenta de estatura, pero a pesar de dos hijos en su historial y un matrimonio en crisis, después de 38 años de vida conserva una figura que cualquier mujer de 25 quisiera tener. Aglaya es una dama que derrocha simpatía y picardía, pero que profundamente carga con una pena que la hace vulnerable al amor fugaz. Es una mujer por la cual siento una empatía inesperada, dada la intención con la cual la abordé esa tarde de viernes en la agencia bancaria. Aglaya y yo nos hemos convertido en cómplices de una hermosa relación que hoy, a pesar no embelezarse con las mieles del placer sexual, es una burbuja de oxígeno que nos da un respiro ilusorio en medio de nuestras realidades. Tristemente, es una relación sin futuro, pero me hace sentir que el amor recíproco sí existe.
La segunda mujer de la que les contaré la conocerán como Eufrosine. Ella es una compañera de trabajo que siempre me gustó, pero con quien nunca tuve la oportunidad de tener un contacto cercano y frecuente. Recientemente, Eufrosine requirió de mis servicios para darle instrucción en cierta área de estudio, y desde allí se inició el acercamiento que siempre estuvo latente pero sin ebullir entre los dos. Eufrosine es una mujer sensible, con una extraña forma de ser, apasionada y muy física. Da la impresión de estar en las nubes aunque en realidad tenga sus pies bien puestos sobre la tierra. Ella es profesional, inteligente e innovadora, y cuenta con una capacidad inusual de liberar sus pasiones donde le provoca. Lo mejor, es que no tiene compromisos sentimentales con ninguna otra persona. A diferencia de Aglaya, Eufrosine tiene la intención de ahondar en mis sentimientos aprovechando su soltería, y con toda razón. Pero se ha conseguido con una resistencia de mi parte a establecer relaciones serias sin haber cerrado mi ciclo personal.
La tercera chica no es menos especial que las anteriores. Voy a llamarle Talía. He tenido una relación muy particular con una persona muy cercana a ella, y es por ésta persona que conocí a Talía. Nuestro flirteo virtual comenzó meses atrás. Nos mandamos besos, abrazos, amapuches, mensajes eróticos y una que otra imagen que invita a ir más allá de la teoría. Pero lo más interesante es que Talía y yo nos convertimos en un apoyo mutuo. Somos nuestro pañito de lagrimas de policromaticas sensaciones. Lo único malo, el pero, siempre el bendito pero es que ella reside en otro país.
Así pues, las tres gracias que aparecieron en mi vida para darle matices a mi monótona vida de separado se convirtieron en ícono de una utopía de vida. Pero ahora que estoy dispuesto a caminar en dirección a hacer realidad esas ilusiones con una u otra de las gracias, aparece mi ex reclamando atención y espacio de forma solapada, como quien no quiere la cosa, con llamadas inocentonas con la intención de "saludar" y saber cómo estoy. Eso me llevó a un hallazgo antropológico que cualquier experto calificaría de trivial y hasta estúpido, pero que para un mortal común y corriente como yo es un fenómeno interesantísimo. Todas las ex parejas huelen cuando se les está acabando el poder de dominación y les pica el orgullo de la territorialidad. Esto es válido para hombres y mujeres por igual, ¡y como joden! ¿Por qué no hacen eso cuando uno anda con el arrepentimiento a flor de piel?
Es que definitivamente los seres humanos son una vaina bien seria. Se les olvida que cuando se juega a que te extrañen te arriesgas a que te olviden. Y ya ven, a buena broma me quiere echar mi mujer ahora que no le he parado bolas en las últimas semanas. ¿Será que extraña la jaladera? En estos días me llamó justamente cuando andaba almorzando con Aglaya, y yo pensando: "Coño, ¿y a esta mujer que le picó? La última vez que me llamó fue para decirme que no quería que yo fuera a un evento donde ella iba a participar porque la podía desconcentrar, y porque no iba a poder estar pendiente de mí. Una manera muy educada de sacarme el rabo pues.
Un sábado un la noche, en la que estaba cayéndome a palos con los amigotes de la cuadra me escribe preguntándome cómo pasé el día, y su respuesta a mi respuesta fue "que la pases muy bien, cuídate TQM". ¡JOER, te quiero las pelotas! No me para bolas en meses y cuando empiezo a acostumbrarme a la soltería se insinúa para ponerme los ganchos otra vez. En fin, ¡ex que no jode, no es ex! “
Lo que le pasa a mi amigo, es lo típico, la “Ex” se esta dando cuenta de que esta perdiendo terreno, allí se aplica “nadie sabe lo que tiene hasta que se lo ve a otro”, así que prepárate para todo lo que va a hacer cuando se enteres que tienes las tres gracias…
Pero tranquilo, que no eres el único, a muchos le ha pasado lo mismo con cualquier ex… lo único que les puedo decir a todos mis amigos que están pasando por eso es QUE BARAJITA REPETIDA NO COMPLETA EL ALBUM jajajajaja
Nos vemos pronto…