Cuando conocemos a una persona, y
nos llama la atención, comenzamos a relacionarnos más seguido con ellos.
En esa línea tan delgada que
separa una posible relación de amorosa y una relación de amistad, si la persona
nos gusta mucho comenzamos a tener unas series de expectativas que si esa
persona medianamente las cumple, ya se la colocamos como virtudes y maximizamos
a tal punto que una lleva a la otra que en muchas oportunidades ni siquiera se
parece a la persona en cuestión…
Tanto es, que al principio en la
etapa del enamoramiento cuando no son expresadas las justificamos o lo que es
peor las obviamos… una vez trascurrida esa primera etapa en donde todo es color
rosa y comienza la
segunda fase de conocer mejor la persona, nos damos cuentas que esas
expectativas o virtudes inventadas por nosotros para la otra personas, se
disipan y vienen las decepciones y frustraciones.
Si te embriagas de ilusiones
terminas vomitando realidades…
Debemos tener cuidado con el afán
de tener pareja o de simpatizar con alguien ya que nos idealizamos tanto que
terminamos enamorados de ese ideal y de no de la persona en si… y pasa en todas
las relaciones, en lo particular creo que debemos darnos la oportunidad de
conocer a las personas tratando de que nuestro juicio no eclipse la naturaleza
de ellos para tener una imagen real de la persona en cuestión…
Nos vemos en nuestra próxima realidad